Como si fuera una ilustración de una fábula galáctica, la nebulosa de la Trompa de Elefante serpentea a través de la nebulosa de emisión y del cúmulo IC 1396 de estrellas jóvenes, más allá de la constelación de Cefeo. La trompa de elefante cósmica tiene más de 20 años luz de largo. Esta composición se registró mediante filtros de banda estrecha que transmiten la luz procedente del hidrógeno ionizado, del azufre y los átomos de oxígeno de la región. Destacan las crestas resplandecientes que perfilan las bolsas de polvo interestelar y de gas. Estas nubes oscuras empotradas con forma de zarcillo contienen la materia prima para la formación de estrellas y ocultan las protoestrellas dentro del polvo. El complejo relativamente tenue IC 1396 está a unos 3.000 años luz de distancia y abarca una amplia región del cielo ( más de 5 grados).