Remanente de supernova: La nebulosa del Velo
Hace diez mil años, antes de los albores de la historia de la humanidad, una nueva luz apareció de repente...
Las estrellas nuevas nacen de los restos de estrellas muertas. El remanente gaseoso del colapso gravitatorio y posterior muerte de una estrella muy masiva en nuestra Vía Láctea creó el remanente de supernova G296.5+10.0, del que forma parte la Nebulosa de la Sirena. También conocida como nebulosa del Pez Betta, la nebulosa de la Sirena forma parte de una subclase inusual de remanentes de supernova que tienen dos caras y son casi circulares. Descubierta originalmente en rayos X, la nebulosa filamentosa es una fuente frecuentemente estudiada también en luz de radio y rayos gamma. El color azul visible aquí procede del oxígeno doblemente ionizado (OIII), mientras que el rojo intenso lo emite el gas hidrógeno. La forma de sirena de la nebulosa ha resultado útil para medir el campo magnético interestelar.