Este paisaje celeste presenta un equilibrio estético entre el polvo interestelar y el gas que hay en los suburbios de la constelación de Orion, rica en nebulosas . Reflejando la luz de la brillante estrella Rigel, Beta Orionis , la barbilla azulada que sobresale de la nebulosa Cabeza de Bruja está en la parte superior izquierda. Los bigotes siguen la pista del resplandor rojo del gas hidrógeno ionizado por la luz estelar ultravioleta y parecen conectar este rostro infame con las nebulosas más pequeñas como la polvorienta nebulosa de reflexión NGC 1788 que hay a la derecha. Los fuertes vientos procedentes de las estrellas de Orión también dieron forma a NGC 1788 y, seguramente, provocaron la formación de estrellas jóvenes en su interior. Según como, NGC 1788 parece un murciélago . La escena abarca unos 3 grados en el cielo o 6 lunas llenas.