Los variados y espectaculares colores de las nubes de Rho Ophiuchi (pronunciado o-fi-u-qui) resaltan los numerosos procesos que suceden en ellas. La zonas azules son así sobre todo por la luz que reflejan. La luz azul de Rho Ophiuchi y otras estrellas cercanas es reflejada con más facilidad por esa parte de la nebulosa que la luz roja. En la Tierra, el cielo diurno es azul por la misma razón. Las partes rojas y amarillas se deben principalmente a la emisión del gas atómico y molecular de la nebulosa. La luz de las estrellas azules cercanas, más energéticas que la brillante Antares, separa los electrones del gas, que brilla cuando los electrones se vuelven a recombinar con él. Las zonas oscuras se deben a los granos de polvo (creado en las atmósferas de las estrellas jóvenes) que ocultan en gran parte la luz que se emite tras ellos. Las nubes estelares de Rho Ophiuchi, que están justo frente al cúmulo globular M4, que podemos ver en la imagen, abajo a la izquierda, tienen incluso más colores de los que el ojo humano puede ver: emiten luz en todas las longitudes de onda, desde las ondas de radio hasta los rayos gamma.