La Gloria
Mirando a través de la ventana de un avión, puedes tener la suerte de ver -la gloria- en la dirección...
En un vuelo de Viena a Bruselas, el astrónomo Franz Kerschbaum echó un vistazo por la ventanilla y fotografió este bonito fenómeno atmosférico, la gloria, que brillaba justo en la dirección contraria al Sol. Antes de que hubiese aviones, esta aureola, conocida por algunos como «heiligenschein» o espectro del Brocken, se observaba de vez en cuando desde la cima de las montañas. Allí, si las condiciones eran adecuadas, se podía mirar en dirección contraria al Sol y contemplar lo que parecía la sombra de un gigante rodeada por una aureola brillante. Por supuesto, resultaba que el gigante era el observador, y en la versión moderna, la silueta de un planeta es la que ocupa el centro de la gloria. La causa que produce «la gloria» es algo compleja. En pocas palabras, las diminutas gotas de agua reflejan, refractan y difractan la luz del Sol en dirección contraria a éste. El fenómeno tiene un equivalente en astronomía, ya que al mirar desde el planeta Tierra en dirección contraria al Sol se produce una mancha brillante conocida como «el gegenschein».