Estas dos galaxias están interactuando de forma sorprendente, conectadas por un «conducto» de material oscuro que fluye entre ellas a lo largo de 20.000 años luz de espacio intergaláctico. Recortada por la luz estelar, la cinta oscura y polvorienta parece alargarse desde NGC 1410 (la galaxia de la izquierda) y enroscarse alrededor de NGC 1409 (a la derecha). A tan sólo 300 millones de años luz de distancia en la constelación de Tauro, la reciente colisión de ambas probablemente ha alargado este sendero relativamente fino de material que tiene sólo aproximadamente 500 años luz de ancho. Mediante la imagen del Telescopio Espacial Hubble se ilustra espectacularmente cómo las galaxias intercambian materia cuando colisionan; también presenta desafíos a las actuales fotografías de la evolución de las galaxias. La titánica colisión ha disparado la formación de estrellas en NGC 1410 tal como evidencian sus regiones azules de formación de estrellas, aunque NGC 1409 permanece carente del calor de las jóvenes estrellas azules pese a que las observaciones indican que el material está fluyendo hacia ella. Atadas por la gravedad, estas dos galaxias están destinadas a colisionar en repetidas ocasiones en el futuro, fundiéndose con el paso del tiempo en una sola.