Orión entre gas, polvo y estrellas
La constelación de Orión es mucho más que tres estrellas en fila. Una exposición profunda muestra lo que hay, desde una...
¿Qué le está pasando a este meteorito? Hace unos días, desde los Alpes (Suiza) se fotografió un resplandeciente bólido que atravesaba el cielo. El bólido, seguramente procedente de la lluvia de meteoritos de las Táuridas, no sólo era notable por su brillo sino por la extraña luz naranja que le acompañaba y que persistió durante varios minutos. Inicialmente, el resplandor naranja parecía como si el rastro del meteorito estuviera en llamas. Pero el brillo de color naranja, conocido como rastro persistente, no se originó ni en el fuego ni en el humo que refleja la luz solar. En realidad emanaba de los átomos de la atmósfera de la Tierra a lo largo de la trayectoria del meteorito: átomos que desprendían un electrón y emitían luz cuando se re-adquieren. Los rastros persistentes a menudo van a la deriva, por lo que la larga exposición de 3 minutos captó también el desplazamiento debido al viento de estos iones inicialmente brillantes. La fotografía se hizo cuando se intentaba fotografiar la famosa nebulosa de Orión que se ve en la parte superior izquierda. La estrella azul Rigel, parte de la constelación de Orión, se ve a la derecha. Esta semana, la lluvia de meteoros de las Táuridas en la que suelen abundar los bólidos continúa activa, aunque ya ha pasado el pico de actividad. Mientras tanto, la lluvia de las Leónidas se encuentra justo en el pico.