Es probable que en el centro de un remolino giratorio de gas caliente se encuentre una bestia que no se ha visto nunca directamente: un agujero negro.
Con frecuencia, los estudios de la luz brillante emitida por el gas giratorio indican no sólo la presencia de un agujero negro, sino también sus posibles atributos.
Por ejemplo, se ha observado un parpadeo inusual en el gas que rodea a GRO J1655-40, a una frecuencia de 450 veces por segundo.
Dada una estimación anterior de la masa del objeto central de unas siete veces la masa de nuestro Sol, el ritmo rápido de parpadeo puede explicarlo un agujero negro que esté rotando muy velozmente.
Los mecanismos físicos que constituyen la causa real del parpadeo (y de una oscilación cuasiperiódica — quasi-periodic oscillation QPO — más lenta) en los discos de acreción que rodean a los agujeros negros y a las estrellas de neutrones, continúan siendo tema de mucha investigación.