¿Puede una nube querer a una montaña? Quizás no, pero en un día de San Valentín como hoy se tiende a ver símbolos con forma de corazón donde no hay. Este corazón, una pareidolia fugaz, era en realidad un nube lenticular que apareció en una mañana del pasado julio para sobre el Parque Nacional del Monte Cook que hay en Nueva Zelanda. El vídeo acompañante muestra que la nube lenticular estaba más bien quieta en el cielo, pero los vientos circundantes la movían y la hacían vibrar. El color rojo de la nube era causado por el Sol naciente (a la derecha, más allá del fotograma). Las nubes lenticulares son un poco extrañas pero se pueden formar en el aire que pasa por encima de una montaña. Entonces, los remolinos verticales se pueden formar en el aire ascendente se enfría más allá del punto de rocío haciendo que el agua transportada por el aire se condense en forma de gotitas. Desgraciadamente, esta formidable vista hizo que el fascinado videografo llegara tarde a desayunar.