La estela retorcida de un meteoro
Centelleando por el cielo a 70 kilómetros por segundo y a unos 100 kilómetros de altura sobre la Tierra, muchos...
¿Este meteoro dejó tras de sí un rastro rertocido? Evidentemente. Las estelas de meteoros que son claramente serpenteantes raramente se ven – e incluso más raramente se fotografían – pero se habían registrado antes. La causa última de estos rastros de meteoros tan poco corrientes es que muchos de ellos distan mucho de ser esféricos, y su composición no es uniforme. Los meteoros, habitualmente originados en los cometas y del tamaño de granos de arena, se desintegran al penetrar en la atmósfera terrestre. Los meteoros no uniformes pueden evaporarse más por una zona que por otra. Esto puede provocar que un meteoro en rotación se tambalee ligeramente en su ruta y también que vaya esparciendo restos que se mueven con mucha rapidez en un trayecto casi espiral. Estos restos tan veloces ionizan algunas moléculas de la atmósfera de la Tierra que más tarde brillan cuando recuperan electrones. Seguramente no hay ningún meteoro perfectamente uniforme y esférico, por lo que debe ser muy habitual un ligero balanceo, aunque no sea perceptible. Es perfectamente posible que los meteoros sembrasen la Tierra de compuestos orgánicos y moléculas prebióticas que permitieron el desarrollo de la vida.