Algunos diamantes no son para siempre
El seguimiento del primer eclipse de Sol de 2006 comenzó ayer por la mañana en la costa este de Brasil...
Mientras la fase total del eclipse solar del 11 de julio llegaba a su fin, la luz del Sol que fluía por el borde de la silueta de la Luna creaba la apariencia efímera de un anillo de diamantes brillando en el cielo. Observado a través de una fina capa de nubes desde el atolón de la Polinesia francesa de Hao también provocó destacadas bandas de sombra, parpadeando a través de la espectacular escena.
Proyectada sobre la capa nubosa, las bandas oscuras son paralelas al pedacito de luz solar que emerge desde detrás del limbo de la Luna. Las finas franjas, provocadas por la turbulencia de la atmósfera terrestre que refracta la porción de luz solar, fue captada en esta breve exposición de 1/400 segundos.
Brillando a través de las gotitas de nube, la luz solar también produjo una luminosa corona atmosférica, que no debe confundirse con la corona solar observada durante la totalidad del eclipse. La corona atmosférica está centrada en el diamante brillante de luz solar emergente.