Nuestra comprensión del brillo relativo y la variabilidad de las estrellas se vió revolucionada gracias al trabajo de Henrietta Swan Leavitt (1868-1921). Desde su trabajo en el Observatorio del Harvard College, Leavitt calibró con precisión las magnitudes fotográficas de 47 estrellas con las que podían compararse el resto. Leavitt descubrió y catalogó unas 1500 estrellas variables en las cercanas nubes de Magallanes. A partir de este catálogo, Leavitt descubrió que las cefeidas variables más brillantes tardan más en variar, un hecho que se emplea hoy día para calibrar la escala de distancias del universo.