¿Colisionará algún día nuestra Vía Láctea con su vecina mayor, la Galaxia de Andrómeda? Lo más probable es que sí. El trazado cuidadoso de los ligeros desplazamientos de las estrellas de M31 con respecto a las galaxias de fondo en imágenes recientes del telescopio espacial Hubble indican que el centro de M31 podría estar en curso de colisión directa con el centro de nuestra galaxia. Sin embargo, los errores en la velocidad lateral parecen ser lo suficientemente grandes como para admitir una buena posibilidad de que las partes centrales de las dos galaxias se pierdan, ligeramente, pero se acerquen lo suficiente como para que sus halos exteriores se enreden gravitacionalmente. Una vez que esto ocurra, las dos galaxias se unirán, bailarán y finalmente se fusionarán para convertirse en una gran galaxia elíptica, en los próximos miles de millones de años. Aquí se muestra una combinación de imágenes que representan el cielo de un mundo (¿la Tierra?) en un futuro lejano, cuando las partes exteriores de cada galaxia comiencen a colisionar. Es probable que el futuro exacto de nuestra Vía Láctea y de todo el Grupo Local de Galaxias que la rodea siga siendo un tema activo de investigación durante años.