La rotación síncrona, provocada por el acoplamiento de marea, hace que la Luna presente siempre la misma cara visible a los habitantes de la Tierra. Desde la órbita lunar, sin embargo, la cara oculta de la Luna también puede llegar a resultar familiar. Esta nítida imagen de la cara oculta es parte de una composición global de más de 15.000 fotografías captadas entre noviembre de 2009 y febrero de 2011 por la cámara gran angular de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter. La versión de más alta resolución de esta composición muestra características a una escala de 100 metros por píxel. Sorprendentemente, la superficie rugosa y maltratada de la cara oculta tiene un aspecto muy diferente al de la cara visible, cubierta de mares suaves y oscuros. La explicación más plausible es que la corteza de la cara oculta es más gruesa, por lo que es más difícil que el material fundido del interior fluya a la superficie y forme mares suaves.