Hace hoy cien años, la noche del 13 de diciembre de 1908, se realizó la primera observación desde el observatorio del monte Wilson, con su telescopio de reflexión de 60 pulgadas (aproximadamente 152 cm). Este fue el primer gran telescopio de reflexión construido con éxito. El diseño de este telescopio demostró que, cuando se trata de recoger la ténue luz de las estrellas, es más práctico usar un espejo que una lente, la cual resulta más difícil de montar en el marco. De esta manera, el telescopio del monte Wilson se convirtió en el precursor de todos los telescopios modernos, muchos de los cuales tienen un tamaño sustancialmente mayor.
Algunos de los grandes nombres de la astronomía moderna, tal y como Harlow Shapley y Edwin Hubble se beneficiaron de las características del reflector de 60 pulgadas para convertirse en pioneros de un nuevo tipo de astronomía que explora las estrellas y las galaxais distantes, y que intenta comprender la naturaleza del universo.
Todavía en funcionamiento un siglo después de su inauguración, la imagen de hoy muestra a este instrumento histórico dirigido hacia uno de los sucesos celestiales más famosos de este año: la conjunción triple de la Luna, Venus, y Júpiter.