Inspirado durante un visita en Fort Davis, Texas, lugar del Observatorio McDonald y de noches oscuras, el fotógrafo Larry Landolfi realizó esta sugerente y fantasiosa vista.
Esta composición nos sugiere a la Vía Láctea como una extensión divina de la desértica carretera.
Por supuesto, el nombre de nuestra galaxia, la Vía Láctea (que viene del latín) se refiere a la apariencia de leche que su banda de estresllas deja en el cielo, como un camino.
De hecho, la palabra «galaxia» como tal viene del griego «leche».
La resplandenciente banda celeste se debe a la luz colectiva de miriadas de estrellas a lo largo del plano de nuestra galaxia, que son demasiado débiles para ser distinguidas individualmente. Esta banda es visible en noches carentes de Luna y en áreas con cielos oscuros, y no tan clara como esta imagen.
La difusa luz estelar se ve a veces interrumpida por cortes de oscuras nubes de polvo galácticas.
A principios del siglo XVII, Galileo apuntó su telescopio hacia la Vía Láctea y postuló que estaba compuesta por innumerables estrellas.