Un año decisivo para la Cosmología

Este año la humanidad aprendió que el universo tiene 13 mil 700 millones de años de edad.

Antes de este año se creía que la edad del universo era de unos 13 mil millones de años, con un rango de incertidumbre entre los 12 mil millones y los 15 mil millones de años.

La diferencia fue establecida principalmente por el pequeño satélite llamado Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP), que colectó los datos desde una órbita terrestre inusual.

En la imagen de arriba está el mapa celeste que pudo construirse con los datos disponibles. Se trata del mapa completo de la radiación cosmológica de fondo, dividida en dos hemisferios, con un detalle que, desde la primera publicación de los datos obtenidos por el WMAP, jamás se había logrado.

Además de la edad del universo, los nuevos datos y análisis de los puntos en la radiación cosmológica de fondo apoyan los indicios ya existentes de que el universo está compuesto de manera predominante por un tipo extraño y misterioso de energía oscura (73 porciento).

Sólo el 4% de la materia restante corresponde a los átomos reconocidos. El otro 23% es algún tipo de materia oscura, tan misteriosa como su propio nombre.

Durante este año, una gran parte de la investigación cosmológica estuvo dirigida al descubrimiento de los parámeteros que definen el universo, para después utilizarlos como la herramienta que nos permitiría entender la evolución de este universo nuestro en sus más mínimos detalles.