En 1787, el astrónomo William Herschel descubrió la Nebulosa del Esquimal.
Desde tierra, NGC 2392 recuerda a la cabeza de una persona rodeada de una capucha parca.
En 2000, el Telescopio Espacial Hubble tomó esta imagen de la nebulosa.
Desde el espacio, la nebulosa muestra nubes de gas tan complicada que no pueden ser totalmente entendidas. La Nebulosa del Esquimal es claramente una nebulosa planetaria, y el gas que se ve es el que compone las capas más externas de un Sol– como nuestra propia estrella hará unos 10.000 años.
Los filamentos internos visibles están siendo emitidos por un fuerte viento de partículos de la estrella central.
El disco externo contiene filamentos naranjas bastante inusuales de casi un año luz de longitud.
El esquimal yace a unos 5000 años luz y es visible con un pequeño telescopio en la constelación de Geminis.