Miranda es un extraño mundo que seguramente tuvo un tempestuoso pasado.
El más interior de los grandes satélites uranianos, Miranda tiene casi 300 millas (482 km) de diámetro y fue descubierta hace sólo 50 años (16 de febrero de 1948) por el famoso astrónomo planetario estadounidense Gerard Kuiper.
Examinada muy de cerca por la nave espacial Voyager 2 en 1986, este oscuro y distante mundo acaba de convertirse en una completa sorpresa. Se ha descubierto que Miranda exhibe una única y desconcertante variedad de terreno llevando a algunos a sugerir que ha sido fracturado hasta 5 veces durante su evolución.
Junto con el famoso accidente «chevron» (N.T.: cabrio o galón), el área brillante con forma de V justo sobre el centro, esta composición de imágenes de la más alta resolución de Miranda muestra salvajes yuxtaposiciones de crestas y valles, superficies viejas llenas de cráteres y otras jóvenes y suaves, y cañones ensombrecidos con una 12 millas (19 km) de profundidad.
El cráter grande (debajo del centro) es el cráter Alonso con 15 millas (24 km) de diámetro.