La nube oscura molecular Barnard 68
¿Dónde han ido a parar las estrellas? Lo que solía considerarse un agujero en el cielo, actualmente los astrónomos lo...
Las estrellas y sus planetas nacen en nubes interestelares de gas y polvo frías y oscuras.
Mientras exploraban las nubes en longitudes de onda infrarroja, los astrónomos se han encontrado con un sorprendente descubrimiento: docenas de casos donde los núcleos de las densas nubes brillan por reflexión de la luz estelar infrarroja.
Basándose en los datos de archivo del Telescopio Espacial Spitzer, estos paneles ilustran el reciente fenómeno, conocido como «coreshine».
En longitudes de onda infrarroja más grandes (derecha) el núcleo de la nube Lynds 183 es oscuro, pero en longitudes más cortas (izquierda) el núcleo brilla claramente, esparciendo la luz de las estrellas cercanas.
Tal y como se ve en estos paneles, el núcleo cubre apenas 1.5 años luz.
Esta dispersión requiere de granos de polvo que son unas 10 veces mayores de lo que previamente se pensaba que existían en las nubes, alrededor de 1 micra de tamaño en lugar de 0,1 micras.
En comparación, un cabello humano tiene un grosor de unas 100 micras.
Los granos de polvo de mayor tamaño del «coreshine» podrían modificar los modeles de las primeras fases de formación estelar y planetaria, un proceso misterioso todavía oculto en las entrañas de las nubes interestelares.
La oscura nebulosa Lynds 183 yace a unos 325 años luz en la constelación de la Serpiente.
N.del.T. Todavía no se ha traducido oficialmente al español el nuevo término astronómico «Coreshine». Se aceptan sugerencias.