Nuestra galaxia: estrellas, gas y polvo
El disco de la Vía Láctea alberga nebulosas calientes, polvo frío y miles de millones de estrellas. Las nebulosas rojas...
El disco de la Vía Láctea es el hogar de nebulosas calientes, polvo frío y miles de millones de estrellas.
Las nebulosas rojas que se ven en esta fotografía de alto contraste son principalmente nebulosas de emisión, nubes refulgentes de hidrógeno, gas calentado por las brillantes estrellas jóvenes cercanas.
Las nebulosas azules son principalmente nebulosas de reflexión, nubes de fino polvo y gas que refejan la luz de las brillantes estrellas cercanas.
Sin embargo, las áreas de oscuridad son probablemente las más llamativas, incluyendo la Nebulosa Pipa, visible en el extremo superior izquierdo de esta fotografía.
Se trata de senderos de polvo grueso, que en muchos casos contienen nubes moleculares de gas, relativamente frías.
El polvo es tan abundante que obscurece, en luz visible, el centro galáctico y ocultaba su verdadera dirección, hasta su descubrimiento al inicio del siglo XX.
El brillo difuso proviene de miles de millones de estrellas más débiles y viejas, como nuestro Sol, que de manera inconfundible son mucho más antiguas que cualquiera de las nebulosas.
La mayor parte de la masa de nuestra galaxia permanece en una forma hasta hoy desconocida.