La luz es más compleja de lo que podríamos pensar.
Cuando los astrónomos miden la luz, lo hacen con respecto a su dirección, energía y, algunas veces, su polarización.
Sin embargo, recientemente ha quedado bien claro que los fotones también tienen momento angular orbital (MAO), un atributo clásicamente análogo al de la Tierra orbitando al Sol y girando sobre su propio eje.
En la ilustración de arriba, se esquematiza el frente de onda de un fotón con MAO, que se retuerce en espiral, con respecto al plano bidimensional de otro fotón cuyo MAO es igual a cero.
La luz con MAO podría utilizarse para aumentar la densidad informativa de la comunicación o para discernir tipos específicos de fuentes astronómicas.
Al pasar por la misma lente, la luz sin MAO enfoca en un punto, mientras que la luz con MAO enfoca en un anillo.
Sin embargo, se espera que la mayor parte de la luz que atraviesa el universo tenga un MAO tan pequeño o despreciable (cero) que el anillo que se forme sea demasiado débil para medirlo.
Aún teniendo otros métodos de medición promisorios, la explotación del momento angular orbital para el descubrimiento astrónomico es materia tanto de necesidad observacional, como de posibilidad teórica.