Rayos cósmicos en la Voyager 1
Lanzadas en 1977 para realizar un largo viaje por los planetas exteriores, la buena suerte hizo que las sondas gemelas Voyager...
Lanzadas en el verano de 1977, las sondas de la NASA Voyager 1 y 2 están ahora mismo a más de 8.000 millones de kilómetros del Sol. Y siguen en funcionamiento: todavía son contoroladas a través de la Red del Espacio Profundo.
Tras viajar más allá de los planetas exteriores, estas sondas espaciales son sólo el tercero y el cuarto de los artefactos construidos por el hombre que han escapado de nuestro sistema solar, siguiendo de cerca a las Pioneer 10 y 11.
Un disco de cobre chapado en oro de 12 pulgadas (en la imagen) que contiene sonidos e imágenes de las culturas humanas y de la vida de la Tierra, está adherido a cada una de las Voyager: un mensaje en una botella lanzado al océano cósmico. El material grabado fue seleccionado por un comité presidido por Carl Sagan, de la universidad de Cornell.
Los discos se han diseñado para ser reproducidos como un disco normal de vinilo a 16 y 2/3 de revoluciones por segundo. Se adjuntan cartucho y aguja, junto con algunos diagramas que representan el origen de la nave espacial y algunas instrucciones para reproducir el disco.
Los exóticos materiales elegidos para construir los discos deberían darles una larga vida mientras vuelan por el espacio interestelar. Las dos naves no se aproximarán a un sistema planetario hasta dentro de al menos 40.000 años.