ROSAT explora el cielo de rayos X

El observatorio orbital ROSAT fue lanzado en 1990 para explorar el universo y en concreto la radiación de rayos X (fotones con energía 1000 veces mayor que la luz visible). Esta exploración ha permitido disponer de la imagen del cielo en rayos X más precisa y sensible hasta la fecha. Esta imagen de todo el firmamento muestra el plano de nuestra galaxia (Vía Láctea) que recorre horizontalmente el centro. El brillo y energía relativa de los rayos X se representan con los colores rojo, verde y azul e indican tres rangos de energía de rayos X (de menor a mayor). Los puntos de rayos X más brillantes cerca del plano galáctico están dentro de la Vía Láctea. La región más brillante (a la derecha del centro) corresponde al púlsar Vela y los remanentes de la supernova en Puppis. También se distinguen otras fuentes brillantes externas a nuestra galaxia, especialmente el cluster de galaxias de Virgo, (parte superior derecha) y la Gran Nube de Magallanes (LMC) . Esta última es fácilmente identificable en la imagen gracias a varias barras negras (correspondientes a zonas sin datos) que dan la impresión de converger hacia LMC (parte inferior derecha). En ciertas áreas grandes del cielo se observa un intenso fondo de rayos X debido a gas a alta temperatura de nuestra propia galaxia. Este gas es el responsable de las grandes estructuras en forma de bucle visibles en la dirección del centro galáctico. Otras fuentes extragalácticas no identificadas contribuyen a este fondo, principalmente en la parte superior e inferior al plano galáctico. A pesar de la apariencia exótica del cielo en rayos X, una característica familiar es visible, se trata de gas y nubes de polvo que rellenan el plano de nuestra galaxia y absorben rayos X y luz visible y producen las bandas oscuras que recorren el centro galáctico.