Nuestro sol oscila de manera continua. Grandes regiones del Sol vibran hacia dentro y hacia fuera; hacia atrás y hacia delante, al unísono de la rotación solar. Un modo de oscilación solar está esquematizado arriba. El azul indica el movimiento hacia fuera y el rojo hacia dentro. Aunque los observatorios solares, sensibles en el espectro de luz visible, pueden detectar únicamente el movimiento de la superficie solar, de cualquier manera dan información acerca de las vibraciones que ocurren en las regiones profundas del Sol. En heliosismología, estas oscilaciones se analizan y revelan información invaluable de la temperatura, densidad, movimiento, y composición química de nuestra estrella madre.