Robert H. Goddard, uno de los fundadores
de la cohetería moderna, nació en Worcester, Massachusetts, en 1882. A los 16 años de edad Goddard leyó el
clásico de ciencia ficción «La Guerra de los Mundos»de
H. G. Wells y soñó con vuelos espaciales. Para 1926 había diseñado, construido y lanzado
el primer cohete de combustible
líquido del mundo.[Más de dos décadas antes, Konstantín Tsiolkovski había propuesto motores
de cohete cuyo combustible fuera una mezcla de oxígeno e hidrógeno líquidos, pero Goddard no conocía estos
trabajos. N. del T.]. Durante su carrera fue ridiculizado por la prensa por haber sugerido que los cohetes podrían volar
hasta la Luna, pero él continuó con sus experimentos en cohetería, apoyado en parte por el
Instituto Smithsonianoy defendido por
Charles Lindbergh.Fotografiado arriba en 1937 en el desierto cerca de
Roswell, Nuevo México, Goddard examina el cono de morro y el paracaídas de uno de sus cohetes de prueba. Ampliamente
reconocido como un experimentador talentoso y un genio de la ingeniería, sus
cohetes estaban muchos años adelantadosa su época. Murió
en 1945 poseyendo más de 200 patentes en tecnología coheteril. Un cohete de combustible líquido construido sobre los
principios desarrollados por Goddard llevó seres humanos a la Luna en 1969.