Esta bola diminuta pone de manifiesto que el Universo se expandirá eternamente. La bola, que tiene poco más de una décima de milímetro, se mueve hacia una placa en respuesta a las fluctuaciones de energía que hay en el espacio vacío. La atracción se conoce como el efecto Casimir, llamado así por su descubridor quien, hace 55 años, intentaba comprender por qué los fluidos como la mayonesa se mueven tan lentamente. Actualmente la evidencia indica que la mayor parte de la densidad de energía del Universo se encuentra en una forma insólita llamada energía oscura. La forma y la génesis de la energía oscura son desconocidas casi por completo; se sospecha que están relacionadas con las fluctuaciones del vacío similares al efecto Casimir pero generadas de alguna manera por el mismo espacio. Esta vasta y misteriosa energía oscura parece repeler gravitatoriamente toda la materia y, por tanto, provocaría que el Universo se expanda para siempre. La comprensión de la energía del vacío es a la vanguardia de la investigación no sólo porque permite entender mejor el Universo sino también porque evita que las partes componentes de la micromecánica peguen entre sí.