Haría falta una taza realmente grande para mojar esta rosquilla …ya que el agujero del centro mide unos 1.000 millones de kilómetros. Si lo situásemos centrado en el Sol, llegaría hasta algún lugar entre las órbitas de Marte y Júpiter. En realidad, se sabe este «donut» rodea a una masiva estrella joven catalogada como LkHa 101, que está situada en la constelación de Perseo. En esta imagen de infrarrojo vemos la nube de gas y polvo, que recuerda a la forma de un toroide, ligeramente inclinada desde nuestro punto de vista. El material de la nube podría ser perfectamente el ingrediente para la formación de un lejano sistema solar. Aunque es una fuente brillante en luz ultravioleta, la caliente estrella joven es en sí misma mucho más débil en infrarrojo, y por lo tanto no se aprecia en la imagen. Aun así, el viento estelar y la radiación que figuradamente han cavado el agujero de la rosquilla nos indican la presencia de la estrella. Este fantástico primer plano de un sistema estelar en formación se consiguió adaptando una potente técnica de observación, denominada interferometría, al mayor telescopio de espejo único de la Tierra, el Keck, de 10 metros.