Aquí tenemos uno de los objetos más grandes que se pueden ver en el cielo. Cada una de las manchas borrosas de la imagen de arriba es una galaxia, y juntas forman el cúmulo de Perseo, uno de los cúmulos galácticos más cercanos. El cúmulo se observa a través de varias estrellas débiles en primer plano, que pertenecen a la Vía Láctea. La luz tarda aproximadamente 300 millones de años en llegar hasta aquí desde esa región del universo, así que estamos viendo el cúmulo tal y como era antes de la época de los dinosaurios. El centro del cúmulo de Perseo, también conocido como Abell 426, es una fuente extraordinaria de radiación en rayos X, y eso ayuda a los astrónomos a explorar cómo se formaron los cúmulos, así como la manera en que interactúan el gas y la materia oscura. El cúmulo de galaxias de Perseo forma parte del supercúmulo galáctico de Piscis-Perseo, que abarca más de 15 grados y contiene más de 1.000 galaxias.