La cara oculta de la Luna es muy rugosa y está sembrada de cráteres.
En comparación, la cara visible de la Luna, la que siempre vemos, es relativamente suave.
Puesto que la rotación de la luna está bloqueada de manera que siempre apunta la misma cara hacia la Tierra, la humanidad sólo ha podido observar la cara oculta recientemente, en el último siglo.
Las zonas altas y claras de la cara oculta son más antiguas que los oscuros mares de la cara visible.
Se cree que la causa de las diferencias entre las dos caras de la luna es la fina costra de la cara visible que ha permitido más flujos oscuros de lava. Todavía se está buscando la explicación de las diferencias de grosor de las costras.
La gran cuenca de impacto fotografiada arriba es el Crater 308.
Tiene un diámetro de 30 kilómteros y fue fotrografiado por la tripulación del Apolo 11 mientras rodeaba la luna en 1969.