Las estrellas que son decenas de veces más masivas que el Sol causan una gran influencia en sus alrededores.
Mezclando y filtrando el gas interestelar y las nubes de polvo, estas estrellas dejan su firma en las estructuras y localizaciones de las futuras estrellas y futuros sistemas estelares que surjan en la zona.
Un espectacular ejemplo se encuentra en nuestra galaxia vecina, la Gran Nube de Magallanes (LMC), donde encontramos la bella nebulosa en forma de anillo Henize 70.
Se trata de una luminosa «superburbuja» de gas interestelar de unos 300 años-luz de diámetro, hinchada por los vientos de enormes estrellas y por explosiones de supernovas, y llena de tenue gas caliente en expansión.
Estas superburbujas ofrecen a los astrónomos la oportunidad de explorar esta esencial conexión entre las vidas de las estrellas y la evolución de las galaxias.