Las últimas lluvias de los meteoros Leónidos han sido ricas en brillantes bólidos que dejan duraderas estelas a través del cielo nocturno. Estas estelas, o colas persistentes, brillan por su propia luz y no dependen del reflejo de luz ajena. Las mismas son visibles durante varios minutos y son moldeadas por los vientos a altitudes de hasta 100 kilómetros, tomando formas retorcidas y parecidas a lombrices. Esta imagen, tomada en Noviembre durante la tormenta de Leónidos de 1998 muestra una estela que fue bautizada como el Gusano Luminoso por los astrónomos en el Comando de Medición Estelar Óptica de la Base Aérea Kirtland (SOR). ¿Qué es lo que hace que el Gusano brille? Para saberlo, los astrónomos del SOR realizaron un experimento único, analizando y probando las colas de los meteoros de las lluvias de 1998 y 1999 con sistemas de pulsos de láser lidar (light detection and ranging o detección y medición de luz) y otros instrumentos. Un láser de vapor de cobre produjo el haz que se ve salir de la parte inferior izquierda de la imagen. Aunque la causa del brillo de los restos del Gusano Luminoso aun es un enigma, los resultados de los experimentos del SOR ayudarán a resolver el misterio.