En 1610, Galileo tomó su telescopio y apuntó hacia los cielos y descubrió que Júpiter tiene cuatro brillantes lunas. La más interior de estas lunas galileanas es Io, la que es uno de los objetos más exóticos del sistema solar. Es aproximadamente del mismo tamaño que nuestra Luna y está cubierta de volcanes, muchos de los cuales son activos en la actualidad. El material expulsado por estos volcanes puede contener compuestos derivados del azufre los que son de diversos colores y le da a Io esta apariencia de «pizza».